Entre el cielo y la tierra millones de historias se tejen
las cuales atraviesan el tramado de los sentimientos
a la espera de que negros nubarrones se alejen
y no queden atrapados en la eternidad de un amargo lamento.

Si señora memoria tuviese un mínimo de indulgencia
y liberase de su prisión a esos recuerdos que asfixian al corazón,
cadenas de opresión desaparecerían de su existencia
devolviéndole esa infinita tranquilidad a la razón...

Pero si al rememorar se agudiza ese punzante dolor
del cual al alma reclama y esclaviza...
no camines por el borde de la cornisa
y enfrenta tus fantasmas con toda convicción y valor.

Recordar suele ser ese mal necesario
sin embargo, las arenas del tiempo ya no pueden esperar
ha llegado la hora de ponerle fin al calvario
para que impere el reino del poder olvidar.


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