Cara a cara,
y siempre insana,
siempre con sonrisas falsas la levanta,
con la misma moneda paga.

Cara a cara,
con malisia le dedica mirada,
un juego de ajedrez en el que no gana,
y de vuelta le dice que su sombra acechaba.

Cara a cara,
tal vez a las espaldas hablaba,
con su infinita perperie le insinuaba,
insinuaba que hablaran cara a cara,
pero usaba cara a espalda.

Espalda a cara,
cara a espalda,
o tal vez espalda con espalda,
pero lo que siempre le pedía,
cara a cara,
nunca se lo daba.
© angelikdaza