...

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Cortes.
El agua y la sangre se mezclaron.
Mi cuerpo adolorido se relajo en la bañera.
Y sin embargo, ahí está, el fuego que quema mi alma.

Duele, quiero que pare.

Me sumergí en el agua para tratar de no pensar, pero eso solo lo hacía doler más.
El agua irritaba mi piel herida.
Cada día mi mente estaba más podrida.

¿Por qué esto me pasaba a mi?
No quiero vivir así.

Los cortes en mi piel no son algo que desee, ni siquiera algo que pensé que llegaría a hacer.
¿Qué fue lo que paso?
Ni siquiera recuerdo cuando todo esto ocurrió, aquella noche oscura en mi habitación.

Sin embargo, nadie lo noto.
Ni siquiera el cambio en mi actitud o como decaia mi salud.

Ahora solo me acerco a estar en el ataúd.

© Alexis