Frontera
Desde mi balcón vi danzar la sombra de tu piel.
La tristeza conmigo se quedó cuando tu silueta un día se marchó.
Brillante e inconsciente bailabas sin parar, mientras yo rogaba al cielo por que a mi alma un día te atrevas a mirar.
Triste me puse al darme cuenta de que está es mi realidad, sueño y te deseo como el viento anhela navegar.
Pero en tus ojos hay un vacío que ni el sol puede iluminar, una ventana al horizonte que desvía tu mirada hacia un nuevo lugar.
Tu blanco corazón, incapaz de ver lo que yo veo en tí, tu alma, incapaz de comprender que mi corazón late por tí.
La distancia que separa nuestros brazos va más allá de aquel balcón, la frontera que separa nuestros labios es que mientras tu observas al cielo buscando las estrellas, yo encuentro todo el universo cuando miro a tu balcón.
© LSDP
La tristeza conmigo se quedó cuando tu silueta un día se marchó.
Brillante e inconsciente bailabas sin parar, mientras yo rogaba al cielo por que a mi alma un día te atrevas a mirar.
Triste me puse al darme cuenta de que está es mi realidad, sueño y te deseo como el viento anhela navegar.
Pero en tus ojos hay un vacío que ni el sol puede iluminar, una ventana al horizonte que desvía tu mirada hacia un nuevo lugar.
Tu blanco corazón, incapaz de ver lo que yo veo en tí, tu alma, incapaz de comprender que mi corazón late por tí.
La distancia que separa nuestros brazos va más allá de aquel balcón, la frontera que separa nuestros labios es que mientras tu observas al cielo buscando las estrellas, yo encuentro todo el universo cuando miro a tu balcón.
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