En un mar de sombras y anhelos ocultos,
donde el deseo de redención se vuelve fuego,
y el anhelo de ascenso es un canto inquieto,
se alza mi voz, buscando ser comprendido.

Alguien apresado por sus propios vicios,
flota en la oscuridad, buscando una salida,
anhela escapar de esta realidad sombría,
buscando a alguien que se sumerja en sus deseos.

En su travesía anhelante, busca la redención,
anhela dejar atrás el pasado, la confusión,
busca alzar vuelo más allá de los lamentos,
encontrar un amor que sane sus tormentos.

Busca a esa pareja que entienda su tristeza,
que vea en su oscuridad la luz que desconoce,
que sea cómplice en sus momentos más oscuros,
y con su amor, aleje los nubarrones dispersos.

En cada verso y en cada estrofa susurra,
la pasión que lo consume, su espíritu en llamas,
anhela renacer de las cenizas, ser glorificado,
y, a su lado, encontrar a quien lo vea sin velos.

Agónica es su existencia, en busca del éxtasis,
el deseo de redención y escape se funden,
y en su recorrido solitario se encienden,
las llamas de un amor que perdure en el tiempo.

Así, el deseo de redención y ascenso se entrelaza,
con el anhelo de escapar, de buscarse a sí mismo,
encontrando en el refugio de un amor profundo,
la ansiada paz y la comprensión que susurra el viento.
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