Me ciega el Sol de la Noche,
mi mirada es sangre;
imperfección
tortura,
toda la oposición a mi deseo imposible;
cualquiera lloraría...
Pero el Sol brilla tanto,
que sólo puedo gritar.

Jurado en esta delirante calma,
jurado al terror y a la violencia;
frustración;
en vez de llorar romperé a golpes y garras mi alma,
hasta que la rabia sea suficiente placer para caminar el camino que el hombre labra.

Me opongo a la misma realidad,
a toda la existencia,
quiero hacer justicia dorada;
clavar cuchilla
daga,
arrancarle el corazón a la tierra helada,
quemar el suelo por donde se esparce la sangre;

Borrar toda la violencia,
quiero poder...
Ingenio y Saber,
y un mundo de cenizas;
dolor a todo lo que es mi contra.

© León de León