...

9 views

Personas Personajes
Un día cansado me desperté delante del espejo;
había soñado salir de cama
y caminar al pueblo de al lado,
cruzar el puente de roble venerado
saludar a cabras y ovejas sonámbulo;
al pueblo de al lado.

Cansado me desperté delante de un espejo,
en una casa que no era la mía:

Con una cara que no podía llamar mía,
¿cómo debería de ser mi rostro?;
a cada tiempo que dejé la imaginación soñar
me imaginaba de cuentos de hadas
de rosa o de clavel,
de futuro pasado caballero o soldado
de rey o de dama
mil ropas mil caras;

a todos ellos que yo me imaginaba,
creí aspirar de veras.

Pero los días pasaban,
y las aspiraciones se esfumaban
como recuerdos de tiempos pasados,
otras venían
se repetían
de formas y maneras ya conocidas,
entonces;
me dí cuenta:

Estas caras tienen nombre,
sus estilos dueño;
personajes y personajes
inventos e inventos,
arquetipos ya formados
constructos.

Lo que se podía ver en uno
no son más que cuentos;

mas sin importar las percepciones de subjetividad natural,
no son más que cuentos.

Y miré a los demás,
y vi lo que hacían;
arrancar vidas o su piel
para parecer marionetas perdidas
separadas del titiritero.

Condenado,
busqué algo que amar en las personas
y los destellos de extasí fueron a estos arquetipos de hombres y mujeres,
personajes ocultos
sombras difusas tan dinámicas
siluetas condecoradas.

Me empezó a parecer...
Que ya conocía a todo el mundo,
mejores o peores,
iguales o superiores,
todos iguales;
arquetipos inconstructos
presos
fantasmas desalentadores.

E incluso a los lugares,
a los cuadros y pinturas
a los bordados y la música;
supe el conocer su nombre;
penetrante,
hasta en el sabor de la misma comida
alimento.

Justo como si ya conociese a todos los humanos,
a todos sus personajes,
a todos sus rostros, historias y emociones;
y no vi allí nadie que se pareciese a mí,
no por buscar la diferencia
lo intenté;
pero no encontré nada...
Y dejé de buscar mi arquetipo,
y ahora me doy cuenta;
de lo horrible de este constructo social,
que no es más que otra férrea cadena ignota
a la Absoluta Libertad.

© León de León