Vine al mundo
una tarde parda y soleada,
al sonar de campanas;
parda
cómo los pardos conejos
de mi hermana,
que aunque eran viejos,
eran finos de abolengo
pues eran descendientes de generaciones pasadas.
Vine al mundo
Acunada mi alma a los brazos de mi madre amada;
con los primeros sollozos de quién es despertado por nada
de un sueño profundo,todo es bello ,todo es lindo;
un nuevo mundo
a descubrir
Yo,vagabundo
me hice,hurgando el cielo profundo.
Una tarde de verano
llegué enano;
comenzando a descubrir a indagar
a crecer y caminar
aprender
a comer,a vestir
y a mi madre a amar.
Después,a convivir;
de repente a enamorarme de la nada como un mandato de la vida,
a sufrir un corazón roto sin cocidas,
empero,aún así,
es bella la vida.
Ver
los hijos crecer,
ser como uno en el ayer,con nuestros genes
buenos,malos
conviviendo entre ellos
como extraños.
© José Luis Trejo"pegasso".