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El arte de amarte.

Érase una vez un mago llamado Lian, que vivía y amaba a su bosque encantado. Lian, era un joven talentoso y bondadoso, que amaba la naturaleza y la magia. Un día, mientras observaba y admiraba el bosque, se encontró con un ada hermosa y radiante, llamada zara. Zara, era la hija de la reina de las hadas, y tenía el don de hacer florecer las flores con solo tocarlas. Lian y Zara se sintieron atraídos el uno por el otro al instante, y pronto se hicieron amigos inseparables.

Pero lo que ellos no sabían era que había una bruja malvada que los observaba con envidia y celos. Su nombre era Athana, y ella también estaba enamorada de Lian. Athana, había intentado seducir al mago muchas veces, pero él siempre la rechazaba con gentileza. Athana no podía soportar ver a Lian feliz con otra, y decidió separarlos para siempre. Un día, cuando Lian y Zara estaban paseando por el bosque, Athana les tendió una trampa. Usando su magia oscura, creó una ilusión de un extraño fenómeno que atacaba a Zara. Lian, al ver el peligro, corrió a proteger a su amada, pero fue entonces cuando Athana lanzó su hechizo más cruel. Con un conjuro, congeló el corazón de Lian, y convirtió su corazón en un trozo de hielo. Lian cayó se detuvo y su mirada cambió, y Zara lloró de tristeza.

Atahana se acercó triunfante, y le dijo a Zara que se había congelado todo su amor, y que nunca volvería a verla dela misma manera. Zara, desesperada, le suplicó que le devolviera a Lian, pero Athana se negó. Entonces, Zara tuvo una idea. Le propuso a Athana un reto de artes, y le dijo que la que lograra descongelar el corazón de Lian a través de sus obras se quedaría para siempre con su amor. Athana, confiada en su poder, aceptó el reto.

Así comenzó el duelo entre el ada y la bruja. Cada día, Athana y Zara creaban una obra de arte diferente, y se la mostraban a Lian, esperando que su corazón reaccionara. Zara pintaba cuadros llenos de color y vida, que reflejaban su amor por Lian. Athana esculpía estatuas de hielo y metal, que mostraban su pasión por Lian. Pero ninguna de las dos lograba su objetivo. El corazón de Lian seguía frío e inmóvil.

Pasaron los días, las semanas, los meses, y el reto seguía sin resolverse. Zara y Athana se esforzaban cada vez más, pero nada parecía funcionar. Hasta que un día, Zara tuvo una revelación. Se dio cuenta de que el mago en su alma era un verdadero artista, y que solo podía ser despertado por la magia de la autenticidad. Así que decidió crear la obra más bella y mágica que jamás había hecho. Con su don y su escencia, hizo crecer una rosa gigante, de color rojo intenso, y la colocó frente al corazón de Lian. Luego, con su voz, le cantó una canción de amor, que le había compuesto a Lian. La canción era tan dulce y sincera, que llegó hasta el fondo del corazón de Lian, y lo hizo vibrar. El hielo se derritió, y el corazón de Lian volvió a latir. Lian miró a Zara con amor y le respondió sonriendo. La reconoció al instante, y le dijo que la amaba.

Athana, al ver que había lo perdido, se enfureció, y trató de destruir la rosa y la canción de Zara. Pero su magia no pudo hacer nada contra el poder del amor. No era la rosa lo que lo despertó, fue la escencia pura de Zara lo que tocó su corazón.

Lian y Zara se abrazaron, y se besaron. Habían recuperado su amor, y habían vencido a la bruja.

"El verdadero arte siempre será el amor".


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