Un día, la vida volvió a girar y los topó de frente, dos almas en soledad se acaban de encontrar. Él la invitó a conversar, encontró la misma hermosa mujer que no podía olvidar y sin dudar... su amor sin tapujos le quizo confesar, pero ella mucho había cambiado y para su decepción solo le pudo contestar:
–No me ames, no te enamores de mí, con el tiempo me volví fría y no puedo corresponder al cariño de nadie. Amé con locura, tanto que realmente eso fue exactamente lo que sucedió, perdí la cordura.

Soy ese libro que nadie puede leer, nadie sabe si está al derecho o está al revés, nadie conoce bien el idioma y creen que adivinando podrán acceder... Soy un libro con el peso de una sabiduría tan antigua y a la vez, tan sencillo que es imposible creer, soy un libro que fascina e intriga, pero abruma por complejo. Intentaron antes estudiarme y no fue nada sencillo. Para algunos eran páginas blancas y para otros era un papiro... Pero aún nó, no ha llegado el buen lector, nadie entiende a su autor, ¿acaso estaba demente? se preguntan tantas veces, pero nadie comprende que soy la esencia transparente de una grandiosa mente... Transparente como un cristal, delicado hasta el final, si lo rompen se reparará, pero para siempre la oportunidad se acabará. –hizo un corto silencio, mientras exhala y bajaba la mirada lentamente–.

–No me ames, no te enfades si el candado no abre, no soy alguien que pueda llenarte, soy un arte muy desafiante. No espero que me entiendas y menos que te prendas,
en mí no hay letras que comprendas,
déjame y continúa en tus riendas.

Quizás, en otra vida, en otro planeta, en Júpiter o en un cometa, está el hombre que me entienda. ¿Pero aquí? Ni la esperanza me tienta a mostrar mi transparencia y entregar toda mi ciencia.

Nadie sabe ahora que pasará... Si él se resignará o de nuevo lo querrá intentar. ¿Será que ella le dará una oportunidad? ¿O será que él su camino seguirá?

© F4our