...

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Quebranombres
Amanece el alba cobriza de la mañana,
iluminando praderas y montañas,
adornando bosques entre nubes sus hilos de nueva esperanza;
cantan armónicos pájaros del paso imperturbable del tiempo,
se abren los capullos de las flores con su belleza perfecta, y recuerdo yo;

Que en este día maldigo al destino,
aquí me alzo
desafiante y sin nombre:
roto sin dolor
una brisa de viento.

Nací con ojos,
baile de figuras del mundo de luces marchitas,
nací con piel,
áspero aire que recorre las tumbas a cielo abierto,
nací con oídos,
melodías fragmentadas que nunca enuncian el perfecto compás,
palabras y palabras que se repiten sin llegar a nada,
nací con cerebro,
orgullo y otros demonios,
mil de arquetipos y sensaciones,
y el país de muertos,
nací con los huesos ya teñidos por el tiempo.

Llevo caminando todo el camino por estos pasillos de hormigón y cemento;
escuché mil historias y me leyeron mil cuentos;
cada estilo ha sido sentimiento
cada forma una sensación,
y en cierto momento,
la sinestesia se volvió sofocante sol impedimento:

Me encontraba en un eterno mar a las orillas de la misma eternidad;
sombras de historias que merecían ser preservadas
pero allí sólo estaba el destino incierto;
el tiempo una herramienta de tortura burda
pero el infinito corona y cetro,
perfecto.

Entendí que es imposible si no es perfecto,
aprendí a ver lo que definí como bien en todo cuadro de impresión a mi delante,
pensarían que fue bueno disfrutar de todos aquellos pequeños detalles de mi vida
y es una tortura el verdadero maleficio.

Soñé que estaba vestido con todos los vestidos
de todas las ropas accesorios
y colores conocidos;
de todas las voces
tonos y valores,
en todas las posiciones;
soñé mil vidas,
guiado por las sensaciones;
persiguiendo arquetipos
como un asqueroso cordero,
persiguiendo arquetipos
placer visual y formal
claridad y similitud
evocación subjetiva,
creí de muchos ser de mi identidad perfectos
incluso algunos yo mismo forjé,
pero combian los tiempos
y nada es perfecto bajo el infinito firmamento.

De todo ello tardé en darme cuenta...
Y después de una solemne epifanía miré al pasado,
tantos hombres de tantas maneras,
cuántas cuántas historias de distinta sangre y mareas,
torbellinos,
de voces y recuerdos
impresiones y percepciones
subjetividad anclada;
blasfemia dictatorial
imposición del mundo material una vez más:
Mi nombre y todo lo que le concierne,
de sonido a símbolo
de historia a renombre.

Elegí arrancarme mi nombre...
quedarme sin él
permanecer en un silencio sin dueño.

Puesto que en este día maldigo al destino,
aquí me alzo
desafiante y sin nombre:
roto sin dolor
una brisa de viento,
a los pies de un arcoiris que he de recorrer.

Queda una cuestión por responder,
una búsqueda
un objetivo
un camino que a ojos de mis hermanos tiene 7 colores en el cielo;
encontrar un nombre de verdad.

No juzgo la adultez que da el tiempo,
no es suficiente;
uno ha de encontrar su nombre
mucho más allá del sonido.

© León de León