En busca del futuro, me desgasto sin cesar,
dejando en cada paso la piel, sin mirar atrás.
A veces dudo si merece la pena la lucha,
pero al espejo encuentro fuerzas, mi alma escucha.

"Mamá", me preguntas sobre mi destino,
universidad y estudios, un camino divino.
Agobiante incertidumbre nubla mi verdad,
cómo explicar que en letras y versos hallo mi identidad.

Poeta nacido, claridad en mi sendero,
un alma rebelde, no lo que esperabas, sincero.
Te amo en silencio, en palabras no dicho,
devolveré tus dones, mi compromiso es fijo.

Soy un caos errante en el viento que fluye,
¿cómo comprenderme si mi esencia no instruye?
Solo sé que escribir es mi propósito claro,
sin ello, la vida es un vacío amargo.

Ante un futuro borroso, miro con inquietud,
¿fracaso o éxito? ¿Qué será mi actitud?
Fe en mí arde, escaparé de este abismo,
un rapero glorioso, de eso hago un juramento.

Peor hijo, confieso, imploro perdón sincero,
tus perdones ignoré, cargando un lastre severo.
Las lágrimas que causé, el perdón imploro,
por ser yo, te heriré, mi vida es un lloro.

"Vago", dice ella, heridas sin sanar,
halagos olvidados, un corazón a lamentar.
Actúo, es cierto, pero herido y dañado,
no merezco que llores por lo que he causado.

A mí mismo aborrezco, mente sin reposo,
saturada y cansada, sin un ápice de gozo.
Sin esperanza, desconfianza arraigada,
nudo en mi garganta, el mundo avanza sin parada.

Días que desearía mantener cerrada la boca,
confianza mal otorgada, lecciones duras de la roca.
Nada me protege, vulnerable en la brisa,
no disfruto el presente, la agonía persiste.

Decaído siempre, temeroso del destino,
anhele un día diferente, anhelo tu cariño.
La pausa ansiada, el descanso anhelado,
días largos y oscuros cuando no estoy abrazado.

De tu poesía brota dolor profundo,
un alma afligida, en versos se hace mundo.
De la tristeza y la esperanza en tu pluma se halla,
te acompaño en palabras, no estás solo en la batalla.
© HAYST