...

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El inicio de la temperatura
La noche enciende mi mente,
mi hombría y el vino
están listos para que recibas
la gran fatalidad.
Tú, estás de rodillas,
aferrando tus manos y tu rostro
a una de mis piernas,
la acaricias con ternura y sutileza.
Más en tu mirada, en esa sonrisa
veo a una diablita con mente pervertida.
Por eso estás aquí,
en esta habitación roja.
Pues le has encontrado ese placer
que tanto has reprimido.
Es hora de liberarte,
hora de iniciarte...
Mira como bebo el vino
como si de tu humedad se tratase.
Tu sed te descontrola
y vas subiendo con tu lengua
en busca de aunque sea una gota.
Comienzo a vertirlo sobre mi cuerpo
mientras tu vas a su encuentro.
Es en mi abdomen el lugar casi perfecto,
puedes sentirlo un poco más debajo...
Muerdo mis labios y jalo esa cadena
que se ve perfecta en tu cuello.
Déjame probarte un poco,
catar el sabor de tus labios rojos.
Tu respiración tiene la agitación ideal,
tu corazón pareciera estallar...
Ahora baja, baja... baja un poco más
y deleitate en eso que has venido a buscar.

- Mirlo -


© La Jaula del Mirlo