...

8 views

MÁTAME O HAZME MÁS FUERTE
Mírame a los ojos y miénteme sin piedad,
con puñado de verdades que me duelan escuchar,
cuando la verdad importa la mentira está de más,
prefiero morir sabiendo a amando con ceguedad.

Al parecer ya es normal esos besos casi sin ganas,
al parecer nos amamos con prisa exigiendo calma,
al parecer todo se hizo normal, quien lo diría,
que todo ese amor enorme era un camuflaje sin vida.

Hoy las letras están de mi lado, he vuelto a verlas, y en esta ocasión esa incertidumbre será el dilema para usar la inspiración, en el más vago poema mientras vendo el corazón, y empeño la vida entera.

No he mentido cuando digo que te adoro y te lo escribo,
pero si me ves cambiado es por que está reinando el frío,
no le tomas importancia a la nimiedad que me afecta,
pues ya se te hizo costumbre verme muriendo en tu puerta.

Pues soy yo, siempre el culpable de todo o al menos eso parece hasta que se pasa tu enojo,
pareciera como si fuese ayer cuando te miraba directamente a los ojos, y ahora en tus ojos hay nada.

O eso creo, pero dices lo contrario, que me quieres y me adoras con tus instintos primarios, pero al parecer lo primordial para ti es ese agravio de matarnos nuestros cuerpos hasta terminar cansados.

Me agobiaba el no escribirlo, el sentirlo y aguantarlo dentro de esta mente sucia y mustia que piensa en lo malo, quizás si estoy bien dañado, o el corazón triturado para no creer en palabras acompañados de labios.

Me regalas tus caricias como si te las pidiera pero existen ocasiones en que un beso es el que quema, ya me he acostumbrado a tantos que tu boca me regala que cuando estás enojada muestras que no valen nada.

Si me fallas que te falle la vida y la suerte misma, que te falten coordenadas si alguno tú piel desviste, que se pongan en tu contra los planetas y la tierra y que te aplasten gravedades de pensamientos que enferman.

Es tan duro sobre pensar que eres tú la de esa foto,
que no era yo y que era el otro, que eras tú sin más tapujos,
que era cruel tú vil embrujo y mentiras dichas de reojo,
que era cruel ese cinismo en el que me llamaste loco.

Si lo hiciste y me fallaste sólo tú sabrás por qué,
ya no me mato pensando hasta caer el amanecer,
creo que ya he sufrido tanto y me ha torturado su miel,
por buscar toda entereza en lo pequeña que es su piel.

Cae la noche y soy tu abrigo, me abrazas y siento frío, me besas y es tan impío fingir de un beso un delirio, me dices “no pasa nada mi amor quédate conmigo” y me quedo ahí a tu lado fingiendo no sentir frío.

Todo cae por su peso y el daño depende de el,
mientras mas pesado el cargo más impacto ha de tener,
no tengo remordimientos pues mi conciencia está libre de mentiras encerradas por temor a su calibre.

Desde que te amé pensé en darte exclusividad inmune, pero lo único inmutable en ti fue lo infiel y el perfume,
te conocí bandolera amando a montones de hienas,
y fue tu opción el quedarte conmigo haciendo que duela.

Hoy me dices que has cambiado, que ya no eres la de antes, la de la vida galante, que ahora todo es diferente, que preferiste quedarte a escapar por miedo a perderte, pues fui el único al parecer que te mostró otro semblante, más seguro de sí mismo, con actitud de valiente, ¿como te digo que fuiste tú la que cambió mi suerte?, mi semblante a la deriva hoy día me pide que escriba, dice ya no conocerte y que tu boca ya no es mía.

Sin embargo nos quedamos viviendo en la misma cama,
y no sabes la agonía que la indiferencia me marca,
los dos solos en la habitación con una cama inerte,
y un espacio y un silencio entre tú y yo que ya no hiere.

Quisimos comernos de un bocado todo el puto mundo,
pero acabamos devorados por los crueles segundos,
quizás nos faltó más hambre o la sinceridad innata,
sólo sé que el tiempo ha de mostrarte lo lento del karma.

Hoy me quedo con lo bueno que alguna vez atisbé,
los cambios tan repentinos como llegaron huyeron,
lo bueno lo merecemos o al menos eso se cree,
sólo sé que no me merezco todo esto que estoy sintiendo.


© •K A O S•