A penas me sostengo
En el sosiego matutino,
Pensando en mi destino,
Sin saber de donde vengo.
Anhelado el frío invierno
Que cobije mi ruina,
Buscando tras cada esquina,
A los demonios de mi infierno.
Velo blanco sobre un rostro,
Que me observa mortecino,
Mientras sus manos con mimo,
Me dirigen a un angosto,
Sepulcro bajo mil cruces,
De un eterno camposanto,
Niebla espesa, eterno manto,
Donde no brillan las luces,
De los ángeles sin alas,
Que cayeron desde el cielo,
Golpeando contra el suelo,
Para deshacer sus almas.
Y me niego a la sonrisa,
Me torturo por demente,
Aciaga celda de esta mente,
Donde no llega la brisa.
Sin pausa pero sin prisa,
Voy muriendo poco a poco,
Rey del valle de los locos,
Inamovible premisa.
Que esta vida es un absurdo,
Que intentamos conservar,
Pues nos aterra privar,
A la autoestima de conciencia.
Quizás es por la emergencia,
De una zona de confort,
O quizás porque el dolor,
Se degusta con urgencia.

💀 © M.Aokigahara 💀