...

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Dicha perversa
Esa tu boca...
El recipiente de tu fuego,
de mi Fatalidad.
En ella tus dedos siempre deben estar,
aumentano la temperatura de mi mente,
incendiando toda mi piel.
Quiero verte desfallecer...
Sujetando tu cuello
mientras tus ojos miran al cielo.
Has inspirado en mí versos,
los plasmaré con el mismo fuego
que nos quema por dentro
y beberé de tu vida el resto.
Convirtiendo en prosas y gemidos
de tu lengua la dicha de haberte tenido.

- Mirlo -



© La Jaula del Mirlo