Conjuro de conjuros
Esquirlas de mi esqueleto,
repleto se encuentra
en pleno entierro,
la tierra sacudida en mis folletos;
la sangre salpicada sobre tu cuello.
Escribo...
Te maldigo miserable mientras respiro.
Aprieto los dientes contra el concreto.
Y...
¡Grito!
Existe un secreto que discreto se esfuma,
fumo en esta deprimente diurna, mi urna.
En el fondo sonando el soneto;
mi corazón incompleto;
analfabeto de sentimientos;
compro un boleto;
lento deambula mi cuerpo y
se queda quieto.
Prendo algunos inciensos con
un conjuro que choca mis labios,
un boceto en mis manos
de algún tesoro lejano...
Inquieto esperas mi llegada
con una daga en la mano,
un amuleto de ápices de luna,
algunos lápices de oro trazando.
Una soga rozando tu piel...
¡Desgraciado!
Gracias a este odio que me
generas puedo seguir rimando,
remas sobre arenas movedizas,
te han atrapado y
te arrastro para hundir tu rostro en ella,
tu muerte era mi promesa
si me hacías daño.
En estos años han
destruido toda sensibilidad,
no impondré justicia ni
accederé a la solidaridad y
la intensidad que penetra me llama
para acabar tu ser sin piedad.
Me he tragado la mierda
para poderte amar y
tu perro del infierno me has traicionado.
¡No te voy a perdonar!
Voy a donar tus órganos a algún hospital,
decir que has muerto por pura casualidad,
esta dualidad incierta
alguien la tiene que incendiar y
son los días de incertidumbre
que me invitan a pensar,
quizás te has arrepentido
frente a tanta verdad,
no te has acostumbrado
a lo que se llama LEALTAD.
He sido piadosa a tal barbaridad...
¿Pude herirte?
¡Eso lo voy a confirmar!
La sociedad te enseña a
que tienes que soportar.
¡Hay que aportar a las buenas causas!
Hay que perdonar...
¡Pero! No me engañan!
Hay que olvidar...
¿Pero quién me sana la herida?
No me da alivio una mierda...
Ni hasta escribiendo poesía.
Viendo este panorama tan lamentable,
lameré cada cortadura para salvarme,
podre mirar tus pupilas tan brillantes,
pero con una T filosa trataré de apuñalarte.
Eres un cobarde,
un inútil;
un puto psicópata;
un feto mal formado;
malparido e hijo de puta.
Se imputan las minutas
con mi agresividad bruta,
con una flauta danzaré
desnuda sobre tu tumba.
Estas emociones no transmutan,
las bacterias que colmaron
mi cuerpo no me inmutan,
el abismo será mi abrigo
por tanta aflicción,
pero astuta presiento en mi pecho
tanta conmoción.
¡Es el precio de la locura!
¡La locura de mi amor!
© All Rights Reserved
repleto se encuentra
en pleno entierro,
la tierra sacudida en mis folletos;
la sangre salpicada sobre tu cuello.
Escribo...
Te maldigo miserable mientras respiro.
Aprieto los dientes contra el concreto.
Y...
¡Grito!
Existe un secreto que discreto se esfuma,
fumo en esta deprimente diurna, mi urna.
En el fondo sonando el soneto;
mi corazón incompleto;
analfabeto de sentimientos;
compro un boleto;
lento deambula mi cuerpo y
se queda quieto.
Prendo algunos inciensos con
un conjuro que choca mis labios,
un boceto en mis manos
de algún tesoro lejano...
Inquieto esperas mi llegada
con una daga en la mano,
un amuleto de ápices de luna,
algunos lápices de oro trazando.
Una soga rozando tu piel...
¡Desgraciado!
Gracias a este odio que me
generas puedo seguir rimando,
remas sobre arenas movedizas,
te han atrapado y
te arrastro para hundir tu rostro en ella,
tu muerte era mi promesa
si me hacías daño.
En estos años han
destruido toda sensibilidad,
no impondré justicia ni
accederé a la solidaridad y
la intensidad que penetra me llama
para acabar tu ser sin piedad.
Me he tragado la mierda
para poderte amar y
tu perro del infierno me has traicionado.
¡No te voy a perdonar!
Voy a donar tus órganos a algún hospital,
decir que has muerto por pura casualidad,
esta dualidad incierta
alguien la tiene que incendiar y
son los días de incertidumbre
que me invitan a pensar,
quizás te has arrepentido
frente a tanta verdad,
no te has acostumbrado
a lo que se llama LEALTAD.
He sido piadosa a tal barbaridad...
¿Pude herirte?
¡Eso lo voy a confirmar!
La sociedad te enseña a
que tienes que soportar.
¡Hay que aportar a las buenas causas!
Hay que perdonar...
¡Pero! No me engañan!
Hay que olvidar...
¿Pero quién me sana la herida?
No me da alivio una mierda...
Ni hasta escribiendo poesía.
Viendo este panorama tan lamentable,
lameré cada cortadura para salvarme,
podre mirar tus pupilas tan brillantes,
pero con una T filosa trataré de apuñalarte.
Eres un cobarde,
un inútil;
un puto psicópata;
un feto mal formado;
malparido e hijo de puta.
Se imputan las minutas
con mi agresividad bruta,
con una flauta danzaré
desnuda sobre tu tumba.
Estas emociones no transmutan,
las bacterias que colmaron
mi cuerpo no me inmutan,
el abismo será mi abrigo
por tanta aflicción,
pero astuta presiento en mi pecho
tanta conmoción.
¡Es el precio de la locura!
¡La locura de mi amor!
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