Diafragma fragmentado
La luna merma por esa
sapidez amarga que
quedó en mis papilas.
Cada rosa que entregué,
lastimaron mis palmas por
haber quitado las espinas.
Las promesas que juré,
fue el raso para tolerar heridas,
sin embargo también mis pies,
han tocado los granos de una
playa de recuerdos llenos
de escombros y esquirlas.
El diafragma fragmentado
se va frustrando por no funcionar,
es la rítmica continua donde inhalo
un halo de luz para poder respirar.
Es la cavidad torácica
conectada a mi esternón
del centro de mí poca voluntad.
Y...
Es empujar a mi demonio a que
mi alma por fin pueda succionar.
La poca amabilidad es la
habilidad que tengo para
no sentir que merezco algo.
Siquiera cada lápiz que
he tallado a mano,
se ha convertido en un esclavo.
Los clavos que he clavado han
tocado algún corazón...
Te cita a una cita que recita
grabadas en una cinta y
revele lo que alguna vez me dolió.
¡Así me entenderán o eso pienso!
Me derrotaré para partir
cada cimiento.
Este caparazón de flores,
son errores donde a veces
doy borrones de desesperación,
será la operación donde
mis órganos queden fuera,
si al final vacía estoy.
Aunque digan que mantenga
el brillo de mi ser,
soy una estrella fugaz
donde la efimeridad es mi abrigo.
En ocasiones es un castigo
ser solo un minuto libre y
con látigos machacar mis sentidos.
Los temblores son emblemas
de las veces que he sobrevivido,
he vivido en el infierno y
en el letargo aunque tardo escribo,
luego sé con certeza que
serán eternos esos momentos.
Pero...
¡Nunca serán vistos!
Esos hilos deshilachados han
envuelto mis latidos,
nítidos colores donde carezco y
aborrezco el no tenerlos ya conmigo.
Cada metáfora es la afonía de las
agonías de mis lamentos suspendidos.
Pero...
¡Se han enmudecido!
Por qué he decidido que callen
para que no los hallen al
hablar en un idioma desconocido.
He cocido cada corte;
mis alas atraviesan una brecha;
las que eran cicatrices
ahora están abiertas,
he sido la enemiga de
mis propios agravios donde
gravita una vida no resuelta.
Corto las hebras,
pero no podré utilizarlas
para enhebrar aquellas penas.
Brazas que me queman,
pero ya no me interesa.
Rezo para que acabe el martirio,
pero el río me arrastra
como mi propia naturaleza.
A veces es la dureza con
la que me trato;
firme conmigo misma un contrato;
los requisitos son:
¡No torturarme tanto!
Anteriormente he reflexionado...
Una frase que he creado hace tiempo,
me ha marcado.
"Las ramas que son abandonadas
construyen nidos"
Un árbol marchito es un hogar,
pero en realidad está vacío.
Pero...
La incertidumbre del temporal
puede darte un porcentaje,
una oportunidad,
solo un ápice de esperanza
para volver a estar vivo.
© All Rights Reserved
sapidez amarga que
quedó en mis papilas.
Cada rosa que entregué,
lastimaron mis palmas por
haber quitado las espinas.
Las promesas que juré,
fue el raso para tolerar heridas,
sin embargo también mis pies,
han tocado los granos de una
playa de recuerdos llenos
de escombros y esquirlas.
El diafragma fragmentado
se va frustrando por no funcionar,
es la rítmica continua donde inhalo
un halo de luz para poder respirar.
Es la cavidad torácica
conectada a mi esternón
del centro de mí poca voluntad.
Y...
Es empujar a mi demonio a que
mi alma por fin pueda succionar.
La poca amabilidad es la
habilidad que tengo para
no sentir que merezco algo.
Siquiera cada lápiz que
he tallado a mano,
se ha convertido en un esclavo.
Los clavos que he clavado han
tocado algún corazón...
Te cita a una cita que recita
grabadas en una cinta y
revele lo que alguna vez me dolió.
¡Así me entenderán o eso pienso!
Me derrotaré para partir
cada cimiento.
Este caparazón de flores,
son errores donde a veces
doy borrones de desesperación,
será la operación donde
mis órganos queden fuera,
si al final vacía estoy.
Aunque digan que mantenga
el brillo de mi ser,
soy una estrella fugaz
donde la efimeridad es mi abrigo.
En ocasiones es un castigo
ser solo un minuto libre y
con látigos machacar mis sentidos.
Los temblores son emblemas
de las veces que he sobrevivido,
he vivido en el infierno y
en el letargo aunque tardo escribo,
luego sé con certeza que
serán eternos esos momentos.
Pero...
¡Nunca serán vistos!
Esos hilos deshilachados han
envuelto mis latidos,
nítidos colores donde carezco y
aborrezco el no tenerlos ya conmigo.
Cada metáfora es la afonía de las
agonías de mis lamentos suspendidos.
Pero...
¡Se han enmudecido!
Por qué he decidido que callen
para que no los hallen al
hablar en un idioma desconocido.
He cocido cada corte;
mis alas atraviesan una brecha;
las que eran cicatrices
ahora están abiertas,
he sido la enemiga de
mis propios agravios donde
gravita una vida no resuelta.
Corto las hebras,
pero no podré utilizarlas
para enhebrar aquellas penas.
Brazas que me queman,
pero ya no me interesa.
Rezo para que acabe el martirio,
pero el río me arrastra
como mi propia naturaleza.
A veces es la dureza con
la que me trato;
firme conmigo misma un contrato;
los requisitos son:
¡No torturarme tanto!
Anteriormente he reflexionado...
Una frase que he creado hace tiempo,
me ha marcado.
"Las ramas que son abandonadas
construyen nidos"
Un árbol marchito es un hogar,
pero en realidad está vacío.
Pero...
La incertidumbre del temporal
puede darte un porcentaje,
una oportunidad,
solo un ápice de esperanza
para volver a estar vivo.
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