...

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Ascendiendo
En un rincón del alma, en la penumbra,
donde los sentimientos se entrelazan,
se esconde un viaje, una búsqueda profunda,
donde el corazón y la mente abrazan.

No pertenecemos siempre a un lugar fijo,
en la vastedad del tiempo y el espacio,
buscamos la llave, el camino preciso,
un futuro por llegar que nos abrace.

Miramos con ojos que atraviesan el velo,
a veces miran y otras veces besan,
un reflejo de recuerdos, cielo y suelo,
una danza etérea, como olas que se mecen.

La melancolía se entrelaza con la vida,
un poema que fluye, intenso y sincero,
como la luz del alba que se desliza,
despertando las emociones más sinceras.

A veces, como el ave Fénix, resurgimos,
de cenizas y heridas, nos alzamos fuertes,
pintamos versos en el cielo que escribimos,
sanamos heridas en melodías inmortales.

No somos meros seres de este espacio,
somos almas en búsqueda constante,
tejiendo sueños, pintando un rastro,
un camino que nos lleva hacia adelante.

Así, en el desván de nuestra existencia,
encontramos memorias que no volverán,
pero también hallamos fuerza y resistencia,
para enfrentar el miedo y la oscuridad.

En el lienzo de la vida, somos artistas,
pintando con pasión, amor y dolor,
cada verso es un destello, una conquista,
un reflejo del alma en su ardor.

Entonces, deja que los ojos miren hondo,
que los sentimientos fluyan sin temor,
en este poema tejido con hilos de lo profundo,
descubrimos el viaje, la búsqueda y el amor.
© HAYST