Waooo...que invitación,
hacerte el amor con mis letras,
Acariciar tu piel desnuda con devoción,
utilizando para ello, todas las letras, desde la A hasta la Zeta.

Desnudos, mi verso besaría tu frente
cómo una señal de iniciación,
acariciándote mi letra de manera fuerte
tu dorado cabello, yo de pie, y tú, en inclinación.

Y así, como en una imagen de Venus y Eros,
mi prosa, atrae tu rostro hacia mi ser,
y tu letra de verde olivar mirando hacia arriba, hacia mis ojos,
turbada y con deseo, duda que hacer.

Pero al percibir mi letra de sexo aroma,
y recibir un procreador latido en tu mejilla,
ya tu líbido se asoma,
y el deseo, en tu verde iris de ganas brilla.

Ahora nada te detiene,
ahora son tus labios los que disfrutan,
endureciendo al máximo,
mi extendida y excitada por ti, varonil fruta.

Al mirar el blanco lienzo de tu piel,
descubro que ella anhela ser,
bañada con leche y miel,
y acariciada en lo visto y en lo que no deja ver.

Toda tú provocas,
no importa el ángulo con que te vea,
el verso está en mi boca
para los pétalos de tu azalea.

Al colocarte de pie,
en tu afán de ser conocida,
mi dureza va recorriendo tu piel
tropezando tus rosados picos que invitan a la vida.

Hay espasmos en tu interior,
la tibieza de los mismos es agradable,
mis letras no encuentran la palabra pudor,
al rodear tu cuerpo, todo acariciable.

Mis dedos no se detienen,
quieren conocerte toda,
buscan hasta encontrar lo que a mi mente viene,
hasta la prosa escondida en una oda.

Leo el mensaje de tu mente,
veo en tus ojos el deseo,
me adentro en tu inspiración lentamente,
disfrutando de tu ermita, su tibieza y su lúbrico jadeo.

Que experiencia subliminal,
que experiencia llena de deseo,
hermosa tu letra de bello mirar,
hermoso tu verso como sediento jadeo.

© Rapugar