. INVISIBLE (poema de amor) .
Si fuese un día lluvioso estaría entre el agua que acaricia tu pelo mientras respiras profundo y haces de mi un revuelo en el aire.
Desagrada la nada si no sabes que estoy ahí.
Sé que lo iniciaste hace mucho tiempo y aún no lo tienes presente, aunque... el juramento de esa noche febril hoy nos deja así, ME deja así.
Invisible a los demás y al compás de tus pensamientos mientras espero pacientemente de este super poder tan solo tu recuerdo y el pacto final.
NOCHE FEBRIL :
He hablado con ella, suspiré y reí como habíamos pactado.
Me miró fijamente desde su oscuro desdén de colores y atravesó mi alma trayéndome a este mundo con este poderoso ser intangible al humano, pero en esa intuición con la que despiertas y quizá más de una vez me recuerdes, sigo esperando pacientemente el solsticio en el cual mi cuerpo vuelca piel y besos en la noche más fría llena de tus brazos acariciandolo.
Cierto en lo feroz de haberte amado desde lo nulo de la existencia, las voces que escucho desde el otro lado erizan mi piel. El día ha llegado.
Lloraste de risa, sonreíste al recordarme, e incluso lloraste con una pasión parecida a la nuestra. Lo logré amor.
Mira tu ventana. Mi cuerpo está listo para abrazarte.
☆• Gabriel Sander •☆
© All Rights Reserved
Desagrada la nada si no sabes que estoy ahí.
Sé que lo iniciaste hace mucho tiempo y aún no lo tienes presente, aunque... el juramento de esa noche febril hoy nos deja así, ME deja así.
Invisible a los demás y al compás de tus pensamientos mientras espero pacientemente de este super poder tan solo tu recuerdo y el pacto final.
NOCHE FEBRIL :
He hablado con ella, suspiré y reí como habíamos pactado.
Me miró fijamente desde su oscuro desdén de colores y atravesó mi alma trayéndome a este mundo con este poderoso ser intangible al humano, pero en esa intuición con la que despiertas y quizá más de una vez me recuerdes, sigo esperando pacientemente el solsticio en el cual mi cuerpo vuelca piel y besos en la noche más fría llena de tus brazos acariciandolo.
Cierto en lo feroz de haberte amado desde lo nulo de la existencia, las voces que escucho desde el otro lado erizan mi piel. El día ha llegado.
Lloraste de risa, sonreíste al recordarme, e incluso lloraste con una pasión parecida a la nuestra. Lo logré amor.
Mira tu ventana. Mi cuerpo está listo para abrazarte.
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