Yo fuí la luz revelada,
en orgullo de un apellido de campo granero,
el que ve el futuro pasado
sabiduría y tanto valor;
brilla en azul el cielo despeje
condenado que desilusión.

Y rezo;
Belenos sácame de esta prisión,
encadenado a estos muros de piedra
arma de guerra forzada,
el mesías martir del juicio final
matando inocentes sin voluntad.
Y rezo, y rezo...

Yo soy desesperación,
me convertí en el más puro dolor;
mundos he viajado aquí
encadenado,
viviendo soñando profecías de arpegio escarlata.

Desde la lejana montaña,
bajo los puños de hierro
del Arconte de Süstat,
ví morir a mi querido hermano;
juro venganza por todo lo que existirá,
locura

Y rezo;
Belenos sácame de esta prisión,
encadenado a piedra ten compasión
arma de guerra fatigada,
el mesías martir de la muerte moral
matando inocentes sin poder escapar.
Y rezo, y rezo, y rezo...

Pero ni respuesta ni divinanza,
ni un fragmento de esperanza y rezo;
yo que fuí luz revelada,
orgullo de mi familia
de mi sangre venganza he de lograr;
y mi rabia digna
dese los campos de grano a la sucia prisión
en pura desvisión arranco mi ojo
y a eterno sangrar;

vidente maldito de falsa prfoecía,
una ruleta de puro azar;
pero sigo aquí encadenado... Y rezo a la nada ya.

Y rezo;
Belenos sácame de esta prisión,
encadenado a estas cadenas ten vanidad y agresión,
rabia, odio,
sangre y guerra,
de dolor un río;
juramento de venganza y justicia.

Y rezará el Arconte cuando yo salga de esta frontera de sombría ambición.

© León de León