-¿Estás bien, te ocurre algo?

-Verás, te contaré lo que visto hoy en el reflejo de la lluvia:

Una escena de soledad,
lejos de los juicios de los demás,
una apartada esquina de la tierra de hadas a la que llamo hogar,
donde las rocas suavizan sus rostros a las puras aguas de la ancestral montaña
allí me encontré contigo sin decir sola palabra;

dime Sol por qué
me enamoré con tanta serenidad,

entre las verdes ramas,
y en el agua reflejada...
pura Luna blanca
ilumina esta visión de espejo paraíso;

me enamoré con tanta serenidad,
de una dama que no era mi igual;
otro mundo otra sensación
valores y función un teatro del terror,
sí, quimera es el amor,
¡sí! Jajajajajajajajaja...
con este hastío mataría a un dios,
pero ahora,
estoy;

en una tranquila ribera
reflejo de agua,
canta la urraca entre las ramas
y el silencio calla;

me imaginé mil historias que ahora recuerdo,
el presente se hizo pasado y mis votos de rendición ya se quebraron,
la luna se hizo añicos al final de lago;

quiero bañarme a tu lado, -dije-
en el frío más letal,
que en cristalinas aguas se fragmenten las esquirlas de mi piel
morir de ilusión enterrado en mi vergüenza
como quien se hunde en el calor abrasador del pecado,
que por no encontrar oasis de calma,
de locura arde en llamas.

-¿Es eso verdad?

-Lo era hasta que recordé tus palabras al final. Y ahora que hablo contigo;
estoy hablando solo.

© León de León