...

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Plumones inyectados
Respiras,
luego aspiras,
te asfixias con
mis espinas,
tragas aspirinas con tus
pulmones cubiertos de resina.
Mis plumones están
inyectados de heroína,
la libreta llena de gasolina,
exhalas mi amor como cocaína.
Abstinencia por la
privatización de sonrisas,
incisas en las encías
por mascar vidrios
de la efimeridad de mi
identidad enfermiza,
nulidad de la densidad
de mi réproba
sensibilidad maldita,
cruelmente te empujo
a una pendiente de
insensibilidad y te deslizas...

Hojas rojizas;
coágulos de tinta donde se
detiene tu sangrado sobre mis líneas,
letras filosas enfatizan
en tu garganta que se sofoca y
te paralizas...
Te preguntas.
¿Por qué amarla hace tanto daño?
Y por pensarlo...
¡Te despistas!
Respondo...
Volarás por el cielo luego
por el infierno y
eso te aterroriza.
Prosigues...
¡Quererla es abrazar a dinamita!
Su ternura me esclaviza, pero
su apatía me desequilibra;
estoy hipnotizado por tenerla y
que sea mía.
Me tomas de la mano y
luego la sueltas con cortesía entre risas.

Tengo tenacidad al persuadir
mis equivocaciones y
aunque este llena de errores,
no lo diré...
Tú sutilmente quieres cambiar mi ser y
eso nunca podrá ser.
Embelésate de mis cambios rotundos
aunque estés aturdido,
tu corazón quedará ardiendo
entre gritos en este abismo,
cortaste tus alas para quedarte conmigo y
yo las mías he diseñado
para esquivar los sismos,
beberás veneno de mi delirio,
te ahogaras por mar abierto y
seguiré navegando por el camino.
Te he avisado...
Amarme es difícil y
con eso no te he engañado,
está prohibido y
te lo advirtió el destino.

¿Serás capaz de soportar el oleaje de mis lágrimas sin sentido?
O siquiera...
¿Los enojos repentinos?
¿La ansiedad que le da respuestas anteriormente a mi mente para estar alerta por si acaso?
O
¿Emocionarme por algo que luego termina juntando polvo sin llegar a ningún lado?
¡Son situaciones donde te debes preguntar!
¿Valdrá la pena subir para luego bajar?
¿Cuánto tiempo en ella estos cambios van a durar?
¿Entiendes que esto siempre estará?

Pero eso no quita que no te podré amar,
será una forma mágica y un poco singular.
Por momentos te voy a estrangular, pero luego pediré disculpas y
me inclinaré a continuar.
No debés tenerme miedo o
siquiera pensar en que te voy a abandonar,
solo será por momentos...
Porque primero que nada amor mío
yo le pertenezco al viento.

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